Acabó el Trofeo y
es hora de hacer balance. Hay dos, uno por parte del aficionado y otro por
parte de los propietarios.
El del aficionado
es el balance del verde, de lo que ve en el campo y ahí, el trabajo del equipo
y cuerpo técnico genera división de opiniones. No es mi opinión, es el
comentario en la calle, hay de todo aunque predomina el , “más de lo mismo”, a
algunos les ha llegado a gustar y es que cuando entra en acción la chispa, el
regate, la velocidad y cambio de ritmo de Alexander, se suele confundir eso con
jugar bien.
Mi opinión es la misma. O ganamos en
contundencia y buscamos jugar con
equilibrio o lo volveremos a pasar mal. El mejor ejemplo, un gran ejemplo a
nuestro nivel, el Barça es otro nivel, es el Pescara. El equipo italiano ha
sido el que mejor fútbol hizo en el trofeo, un juego de toque, juego
asociativo, sin rifar el balón más o menos lo que busca y no encuentra Sergi.
El Pescara sin balón se mostró como un equipo trabajado, equilibrado, con
presión donde perdía la pelota y con capacidad para cambiar y retrasar
posiciones dándole el balón al rival. Un equipo sobrio, nunca mejor dicho, un
equipo.
Es de segunda
italiana, nosotros de segunda de España. La mano de su entrenador se nota y
sobre todo deja patente la importancia a la posesión y la importancia que le da
a su juego sin balón. Un equipo que sabe lo que hace. Si es mi opinión, que ha
sido el equipo que más me ha gustado y ojalá jugáramos tal cual.
Estamos en
pretemporada y queda el último tramo. El equipo llegará con frescura al
encuentro en la Nueva Condomina, las formas están definidas, es cierto que es
más de lo mismo pero igual lo ha perfeccionado. Yo viviré con la máxima ilusión
el año, que públicamente han manifestado, en el que se puede hacer algo grande,
el año de pelear por liguilla y una vez ahí, si se llega, buscar el ascenso.
Es posible la
liguilla, ascienden 2, juegan liguilla 4 y además hay 2 filiales que pueden
descender pero no ascender, con lo cual dos rivales menos para pelear por esos
puestos. Es posible. En el año más ilusionante, en el ecuador del proyecto yo
me apunto al carro de la liguilla, espero que no me lleve el palo del fracaso
por no conseguir el objetivo.
La segunda lectura
es la de los dueños del club, vuelvo con el Trofeo, ha tenido que ser un golpe
duro la asistencia de público al trofeo. Con 6517 abonados (según la web
oficial), y donde el partido de semifinales del recre fue el que mejor entrada
registró, unos 3500. Es preocupante.
Sergi, manifestó
que el colombino serviría para enganchar a la gente, pues muy lejos de la
realidad, en el segundo partido la asistencia de pena y eso que los abonados no
pagaban y el horario no es excusa, en un partido jugamos a las diez y media y
en el otro a las siete y media. De la final mejor no decir, aproximadamente, el
público que se dio cita.
No me extrañaría
que si no sale bien la cosa o como se desea, a corto plazo, que no sea
suficiente lo que el Recre autogenera, para considerar este club como un
proyecto empresarial, o dicho de otra manera, un negocio. No sé, si están
viendo viabilidad en el negocio o si se está trabajando adecuadamente para
conseguir el negocio que cualquier empresa desea conseguir, que es lo más
normal. No sé si el Recre llegará a seguir interesando a quienes están y no sé
si se llegarían a plantear poner al club en venta aunque no lo expongan públicamente,
que también es totalmente lógico, yo lo haría si no fuese rentable, estar por
estar yo no estaría.
Victor Hugo Mesa,
se habrá llevado un palo tremendo, ya que el juego del equipo no creo que le
haya gustado mucho, aunque estamos en pretemporada, y sobre todo por la
asistencia de público. ¿Qué hará?, ¿tomará medidas?, no creo que esté tan
tranquilo, de ahí mis pensamientos sobre si de verdad, como dice Sergi,
persiste en la idea de que el Recre pues ser una empresa solvente. Ojala entre
la pelota en las diez primeras jornadas, o si no….
Queda una semana,
confío en el trabajo, confío en la calidad de la plantilla, confío en que
podamos llegar a ser competitivos, confío en el compromiso y quiero pensar que
arrancaremos bien, si no sucede, bueno eso no lo quiero ni pensar.