Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
Intentar jugar a un fútbol que solo está al alcance de unos privilegiados, no
puede ser y además es imposible cuando no cuentas con la calidad suficiente
para practicar dicho estilo. Lo único que consigues es perjudicar a tus
jugadores.
Se reabre el debate del año pasado, el del juego del
gilitoque, el de las posesiones de mentiras, el jugar atrás con el balón y no
desde atrás con el balón, el de llegar a través del juego asociativo, el de
considerar al portero un jugador más de campo y que toque y toque la pelota
tanto como cualquier jugador.
Me encantaría ver al Recre jugar como el Barça, me gustaría
ver al Recre dominar a los rivales como hace el Barça, pero no solo no puede
ser, además es imposible.
El varapalo de ayer fue muy duro, fue un misil a las ideas
de nuestro entrenador, fue una cura de humildad después de sacar pecho en el
partido de ida (somos los únicos que ganamos a un primera…), fue un ataque con traca
valenciana a los conceptos que tiene el equipo en la elaboración del juego, fue
una lección de estrategia, de humildad, de aprendizaje en la ida para
sentenciar en la vuelta, fue en definitiva un ridículo mayúsculo y no por caer
eliminados, pero sí por la imagen del equipo y no solo fue responsabilidad de los
jugadores.
El míster salió diciendo que ellos salieron más intensos y
tal, otra vez son los jugadores los responsables de la poca intensidad.
A los 19 m. íbamos perdiendo 2-0, la eliminatoria era de
ellos, 19 m. del primer tiempo y el entrenador del Recre, no hizo nada por
cambiar algo, sistema, variantes, cambios desde el banquillo.., algo. Ahí se vio
que a Sergi, también le faltó intensidad e ideas que plasmar fuera del guion
del partido que llevaba.
El jugador en el campo espera soluciones desde el banquillo
y en esta ocasión, no las hubo. Fue extraño, pero fue así, como extrañado me
quedé cuando comentó que “les dije que no cambiaran y que siguieran igual”. En
fin, quien la lleva la entiende, pero….
Los equipos juegan como entrenan, los equipos intentan
practicar lo que les dicen. Nadie tiene la culpa de que el entrenador, esté
enterrando a Zamora colocándolo de medio centro, que rote a Jesús Vázquez
cuando la suma de los minutos jugados no es para preocuparse, nadie tiene la
culpa que cuando juega el portero Rubén, se juegue hacia atrás mil veces y se
arriesgue hasta cometer errores, nadie tiene la culpa que aun sabiendo que,
otra vez como el año pasado, empiezan a vivir de nuestros errores, nadie tiene
la culpa de que sigamos practicando lo que no ha tenido éxito, nadie tiene la
culpa de las decisiones de Sergi, sobre todo de la que más ha influido en la
actual dinámica del equipo, la de cambiar la forma de jugar y volver a las
andadas.
Lo que nos llevó al liderato fue
el equilibrio, el doble pivote, la verticalidad en ataque, la solidaridad
defensiva, el contraataque, la llegada y no el gilitoque en terreno de nadie.
Ha sido volver a intentar jugar de esa manera y perder el liderato y que el séptimo
clasificado nos pise los talones.
He aplaudido ese juego, he
aplaudido ese “reciclaje” de Sergi, he aplaudido que prácticamente se destacara
la labor del EQUIPO, he aplaudido que Sergi consiguiera hacer un EQUIPO y jugar
como un EQUIPO, pero ya no es así, ahora volvemos al pasado, volvemos a lo que
ha quedado patente que no tiene éxito.
Ahora toca la crítica y toca
aguantarla, toca no sacar pecho, toca ser humilde, toca recomponer la
situación, toca ser exigentes con este técnico. Ahora que narro desde la
tribuna me doy cuenta que desde la grada se le exige, se le increpa, se le mete
presión y me doy cuenta que no lo aguanta, que es capaz de desafiar con la
mirada a quien le dé una voz desde el graderío, pero bueno, toca volver a la
senda del equilibrio, toca volver a ser resultadista, toca conseguir resultados
positivos, toca recuperar la regularidad de buenos resultados.
Se empató en Huelva con el Jaén,
real baño nos dio, se empató en Girona un lugar donde se tenía que haber ganado
ante un rival muy muy flojito, como demuestra la clasificación y la copa la
hemos tirado con un 4-1 (la copa dura 90 minutos). O se gana a Las Palmas o la
grada puede romper su silencio.
El equipo ha demostrado que puede
estar arriba, ha demostrado que puede ser un equipo equilibrado. El proyecto es a tres
años, estamos en el segundo y las exigencias deben de ser altas puesto que ya
el equipo ha mostrado la cara que puede tener, ha mostrado de lo que es capaz,
ha mostrado el camino de llegar arriba y de mantenerse, es por lo que las
exigencias a quien lo dirige deben de ser altas. ¿Por qué cambiar lo que va
bien?, no lo entiendo.
Mensajes contradictorios,
intentamos hacer nuestro fútbol para decir portería a cero. De verdad esto es
un lío, no hay quien lo entienda, por eso me pregunto ¿Por qué cambiar lo que
va bien?
Hay que cambiar lo que va mal. Las
rotaciones, la defensa a balón parado, el gilitoque, el trabajo sin balón para
salvaguardar nuestra portería, eso se hace mal, eso hay que cambiar, ahí se
tiene que trabajar y ahí hay que buscar soluciones, ahí está una parte del
trabajo de un entrenador.
El domingo Las Palmas. Hay que
olvidar la copa, hay que olvidar el varapalo, hay que olvidar la imagen
negativa que se dio en Girona y ayer,
hay que olvidar los resultados, hay que olvidar el juego, pero que no lo olvide
el entrenador, que lo recuerde, que lo tenga bien presente. Ya dijo que él se
hizo entrenador en el partido frente al Alavés, pues toma ya, allí jugó Zamora
en el doble pivote y cayeron 3, esta vez fue distinto, cayeron 4.
Lo dicho toca
olvidar por parte de todos menos del cuerpo técnico y toca animar al equipo,
arrimar el hombro para poder conseguir el triunfo ante un rival que no
atraviesa un buen momento y un rival con su entrenador entre las cuerdas.
Termino, reiterando, que nadie tiene
la culpa de las decisiones de su entrenador, que vaya racha lleva.
A los jugadores les animo desde
aquí, a que afronten el partido con Las Palmas, con intensidad, con ganas, con
actitud, con fuerza mental, con desparpajo, con confianza y sobre todo les animo
a que tomen decisiones acertadas en el campo y como en Girona, si se tienen que
acercar al entrenador y consensuar que lo hagan, fue hacerlo y llegar el
empate.
El jugador tiene que sentir el
arropo de su gente, desde Cabrero hasta Arana, pasando por Morcillo y Zamora, a
todos. El partido de Las Palmas es más importante de lo que parece. Considero
que puede haber un antes y un después de ese partido. Vamos a intentar tener un
buen ambiente en la grada, de positividad, de buen rollo, de querer ir todos a
una.
Vamos Recre, toca ganar.
PD: Dios nunca peca.