domingo, 8 de mayo de 2011

NO ME GUSTÓ

No me gustó Rafita en defensa, que por muy titular que se le considere que alguien me explique que méritos ha hecho Córcoles para salir del once y sobre todo porque al no tener a Pablo Sánchez, Rafita podría jugar en el medio del campo por la derecha y Villar arriba en lugar de un Dani que no da una.

No me gustó la conducta de Emilio Sánchez, que no supo sobreponerse a los centrocampistas de Tenerife que jugaron agarrotados pero la falta de actitud de los nuestros hizo que ellos se crecieran

No me gustó, hoy, el rendimiento de Jesús Vázquez, que ni protestaba al árbitro como normalmente hace ejerciendo de jefe en el campo. Jugaba contra su ex equipo y delante de la que fue su afición, que aunque le tenga mucho cariño creo que pudo hacer muchísimo más de lo que hizo, sobre todo viendo al nivel que está últimamente.

No me gustó Aitor, ni “palante” ni “patrás”, sin vocación ofensiva sin na de na y ya para colmo en el cambio salió prácticamente andando, al trote cansino.

No me gustó Dani. Ni fu ni fa, ni chica ni limoná, ni blanco ni negro y lo peor de todo que entre el blanco y el negro hay una gran escala de grises donde tampoco lo metería.

No me gustó Assen, desasistido y fallón. No fue su día.

No me gustó lo que falló Juan Villar, una tras otra, para que el futbolista considere que no es la primera vez, Jerez, Numancia, Córdoba, ahora el Tenerife. Al igual que los especialistas a balón parado se quedan a chutar después del entrenamiento, Juan, debería de quedarse y practicar con los porteros los uno contra uno. Eso también se trabaja y lo debe de hacer. El resto lo hizo todo con criterio y fue el jugador con mas ideas en ataque pero de nada sirve hacer todo eso para luego no culminar o bueno si una de cada 5 o 6.

No me gustó la falta de actitud de un equipo que tiene, tenía, ilusionado a toda una ciudad con su buen rendimiento. No se fue a por el partido, no fue ambicioso, especuló con muchos detalles (presión del rival, la ansiedad del contrario, el tiempo del partido, el ambiente), pero no contó que el partido dura sólo 90 minutos y es en ese tiempo en los que hay que tomar ciertas determinaciones, algunas muy simples y fácil de llevar a cabo como el no perder tiempo a balón parado, meter la pierna, en los cambios salir deprisa, protestar lo injusto como la amarilla al argentino Dubarbier, que debió ser roja.

No me gustó el árbitro, casero como pocos.

No me gustó que perdiéramos ante un rival atenazado por los nervios, que le quemaba el balón, que sólo lo intentaban desde lejos, que no eran atrevidos, que tenían a su gente en contra.

No me gustó sentir que perdimos nosotros y No ganó el rival.



PD: a veces los entrenadores no pueden sobreponerse a estos elementos.